En los últimos años la sociedad en los países desarrollados está experimentado un despertar a la gravedad de la situación ambiental en la que vivimos. Es un hecho constatado que no quedan ecosistemas libres de la influencia humana. A esto hay que sumar que a las antiguas fuentes de amenaza, como la contaminación, urbanización descontrolada, usos de las especies y los territorios sin planes de gestión o de modo ilegal, …, ahora hay que sumarles otras nuevas de carácter global como el efecto invernadero, la acidificación de los océanos o el cambio climático.

Aunque la vieja máxima del ecologismo “Piensa global, actual local” sigue teniendo vigencia, es hora de que se articulen mecanismos de mayor alcance y poder que solo pueden hacerse efectivos de mano de la cooperación internacional. Los ecosistemas y los problemas ambientales no conocen fronteras y, por tanto, las soluciones tampoco deben estar sujetas a estrictos límites políticos y competenciales.

En este contexto la celebración de esta jornada ha sido un punto de encuentro donde expertos en conservación han compartido ideas, propuestas y se ha debatido sobre las necesidades presentes y futuras que faciliten el desarrollo de futuros proyectos de cooperación internacional en el marco Europeo y Mediterráneo.