Históricamente, pueblos y naciones de todo el mundo se han nutrido de compromisos para avanzar en consenso como sociedad. Pactos que han servido a países de todo el mundo a sentar las bases de la sociedad. Acuerdos con los que todo ciudadano se puede sentir representado, independientemente de su ideología. Compromisos que pueden afectar a todas las políticas, o centrarse en problemáticas concretas como salud, economía o cultura. Un buen y cercano ejemplo es el Pacto de Toledo, el cual supuso la base del sistema de seguridad social de este país.

Pero, ¿qué es un pacto? Según la RAE, pacto significa “concierto o tratado entre dos o más partes que se comprometen a cumplir lo estipulado”. Es un juramento, algo mucho más serio que una ley.

Un pacto también puede ser muy útil a nivel local. Es una medida que plantear en una ciudad como Tarragona, una ciudad de políticas estancadas sin ningún proyecto a largo plazo. Parece que en Tarragona, la historia se repite. Año tras año, legislatura tras legislatura, volvemos a hablar de cultura, ecología, limpieza, concienciación, etc. ¿Es que no aprendemos?

Cómo vamos a aprender si no hay actuaciones políticas valientes respecto a estos temas. Son problemáticas de las que se sirven los políticos para rellenar su discurso durante la campaña electoral, y así rascar unos votos más. Pero cuando llegan al Ayuntamiento, ¡que sorpresa!, no se desarrolla ninguna acción. Solo campañas superficiales para no dejar el espacio en blanco. Solo políticas superfluas que no calan en la población ni mejoran la ciudad.

Basta ya. ¿Tanto cuesta hacer campañas de concienciación agresivas, apostar por la cultura, y realizar proyectos sostenibles, entre otras muchas cosas?

Es necesario que Ayuntamiento y todos los grupos políticos se pongan de acuerdo para encontrar mecanismos que ayuden, conciencien y mejoren. Deben consensuar acciones que apuesten por recuperar los valores de la ciudad. Valores como el respeto por la tierra, por nuestro territorio, y por su gente; algo que implicaría mucha menos suciedad y mucho más reciclaje.

Pero repito, no queremos otra campaña temporal, otro parche que sólo tapa pero que se despega. Es necesario un compromiso permanente entre partidos políticos y el tejido asociacionista de la ciudad que restaure los valores que parecen haber sido olvidados: respeto, educación, solidaridad, igualdad y sentido crítico. Un pacto que no pueda ser modificado ni ignorado cada cuatro años, después de unas nuevas elecciones. Traducir los intereses de todos en un pacto.

Hoy os vengo a proponer algo nuevo, en lo que todos nos podamos sentir representados.  Propongo El Pacto de Tarraco, un pacto de carácter permanente, que cuente con el consenso de todos los grupos municipales de la ciudad y de las entidades tarraconenses. Un pacto que defina los valores que Tarragona necesita recuperar y fije actuaciones, políticas y campañas que los restauren. Un pacto que hable de cultura, sostenibilidad, economía, vivienda, seguridad, limpieza, políticas sociales, etc.

El Pacto de Tarraco es consenso, respeto y unión. Una forma de mejorar Tarragona con la opinión ciudadana siempre por delante. Os animo a todos y todas a que hagáis propuestas que se deberían incluir. Publicad vuestras ideas en redes sociales con el hashtag #elPactodeTarraco y unifiquemos nuestras voces.

Y recordad, que nadie os robe vuestra sonrisa.